viernes, 21 de agosto de 2009

La noche

Ultimamente vengo teniendo una relación histérica con "la noche".

Siempre tuve una atracción por ella más allá del hecho que soy un búho que tiene su momento de mayor lucidez (cuando la tengo) después de las 11 de la noche. La noche me fascina tanto por su natural silencio como por su sonoridad particular, trangresora del mutismo general de la ciudad. Me gusta la sensación de salir de casa desconociendo lo que va a pasar, a diferencia del día, cuando la rutina es la que rige. Sigo valorando positivamente las previas con su camaradería (palabra venida a menos con la caída del comunismo pero la que mejor refleja esa sensación de unión que se da en ellas). En fin, para mí la noche tiene MAGIA, así escrita, con mayúsculas y negritas.

Ahora bien, lo que me viene pasando es que, sin dejar de sentir todo lo anterior y a diferencia de antes, ya no gozo tanto de sus excesos. Y no me estoy refiriendo sólo al alcohol sino, además, a acostarme a cualquier hora, dar vueltas y vueltas sin rumbo fijo o tomar decisiones carentes de todo sentido (descarto en esta categoría a las que sí tienen sentido pero no se toman por la represión del día). Si bien antes, como mínimo, los toleraba, ahora me causan repulsión.

¿Será que me estoy volviendo viejo?

1 comentario:

alma dijo...

hay amigo......
anoche me acorde mucho de esto que escribiste....
que pena que no estabas cerca.....
porque hibas a cambiar de opinion
jajaja!!!!.....
no sabia que los miercoles la MAGIA era tanta.