domingo, 30 de agosto de 2009

Cojones

La transición española hacia la democracia, al igual que la nuestra, tuvo sus altibajos e intentos de retorno al status quo anterior. El más famoso de esos remezones fue el intento de golpe por parte del teniente coronel de la guardia civil Antonio Tejero el 23 de febrero de 1981. Acompañado de 200 guardias civiles, tomó por asalto el congreso de diputados cuando éste se encontraba en plena sesión de investidura del nuevo presidente de gobierno. Todo fue transmitido en directo por la Televisión Española.

Si no fuera por sus implicancias, por momentos el copamiento pareció una comedia de enredos. Una de las imagenes más famosas se produjo cuando el presidente saliente, Adolfo Suarez, se mantuvo sentado en su puesto cuando todos se habían tirado al suelo obedeciendo la orden de los golpistas en tal sentido, la cual fue reforzada por una ráfaga de balas. En el video, pueden apreciar también una excelente demostración de lo que la palabra "cojones" significa. Cuando éste arranca, luego de un plano general, se puede apreciar a dos personas sentadas en sus bancas: a la derecha, el ya nombrado Suarez y, a la izquierda, su vicepresidente, el Teniente General Manuel Gutierrez Mellado, un hombre cercano a los 70 años. Cuando Tejero irrumpe en el recinto, el viejo general se le va al humo a increparlo pidiendole explicaciones de lo que estaba haciendo. Ahí es cuando los guardias civiles tiran su ráfaga de metralleta y ordenan tirarse al suelo. El militar, lejos de impresionarse y obedecer, permanece con sus brazos en jarra como si las balas no fueron de plomo sino pompas de jabón. Tejero, de 49 años y 20 años menor, se dirige hacia él e intenta tirarlo al piso. Llega a colgarsele pero no puede tirar al anciano general, el que demuestra tener unos cojones mucho más grandes que los de él. El golpe termina fracasando ante la negativa del Rey a apoyarlo.

martes, 25 de agosto de 2009

La canción que silbaba todo Buenos Aires

Hubo una época donde la gente no andaba tan conectada a su reproductor portatil de música (aipod, emepetrespleier, emepecuatropleier, emepequiticientosochentayseispleir, etc., etc.) y por Buenos Aires se escuchaba bastante a la gente silbar. Eran otros tiempos y la variedad de la música que escuchaba el común de la gente era muchísimo menor comparada al presente con su acceso irrestricto a toda la música que se pueda imaginar.

Las radios eran las grandes difusoras musicales siendo, en el año específico al que me quiero referir, sólo dos de ellas las que establecían la agenda : FM Horizonte y FM Aspen (la Rock & Pop irrumpe un año después, en 1987). Por eso, era común que, cuando un tema "pegaba" en el oído de la gente, lo hiciera masivamente, no por tribus, niveles etarios o grupos de afinidad, etc. Cada tanto surgía alguno que era silbado por toda la ciudad; pasó con Pop goes the world de los Men Without Hats pero antes que eso y a un nivel arrasador, con la canción que me trajo el recuerdo: The Final Countdown del grupo sueco Europe (como buen hit, terminó gastandose y siendo grasa pero...silben las primeras notas y al rato notarán que alguno de más de 30 la continuará). Esa canción estaba en el aire de la ciudad. No había lugar de Buenos Aires en el cual no se escuchara a alguien silbar sus primeras notas.

Hay miles de versiones para escuchar: la original, la de Bob Esponja (o más acorde con los '80, la de Alf), la trash metal de un grupo finlandés, una de chello y orquesta (con melenudo meneando melena a lo Beavis and Butthead), en ukele, la de un pibe que hace sonidos con sus manos, la cómica que hace un tío español, punchi punchi (tarda en arrancar pero al minuto 2:50 se reconoce), la de unos muñecos ardillosos con voz insoportable llamados Alvin and the Chimpmunks (??) , y un larguísimo etcétera.

Ninguna de ellas le llega a la uña del dedo menor a mi preferida, la de Benigno Escalante en Si lo sabe cante de Roberto Galán:

viernes, 21 de agosto de 2009

La noche

Ultimamente vengo teniendo una relación histérica con "la noche".

Siempre tuve una atracción por ella más allá del hecho que soy un búho que tiene su momento de mayor lucidez (cuando la tengo) después de las 11 de la noche. La noche me fascina tanto por su natural silencio como por su sonoridad particular, trangresora del mutismo general de la ciudad. Me gusta la sensación de salir de casa desconociendo lo que va a pasar, a diferencia del día, cuando la rutina es la que rige. Sigo valorando positivamente las previas con su camaradería (palabra venida a menos con la caída del comunismo pero la que mejor refleja esa sensación de unión que se da en ellas). En fin, para mí la noche tiene MAGIA, así escrita, con mayúsculas y negritas.

Ahora bien, lo que me viene pasando es que, sin dejar de sentir todo lo anterior y a diferencia de antes, ya no gozo tanto de sus excesos. Y no me estoy refiriendo sólo al alcohol sino, además, a acostarme a cualquier hora, dar vueltas y vueltas sin rumbo fijo o tomar decisiones carentes de todo sentido (descarto en esta categoría a las que sí tienen sentido pero no se toman por la represión del día). Si bien antes, como mínimo, los toleraba, ahora me causan repulsión.

¿Será que me estoy volviendo viejo?

jueves, 13 de agosto de 2009

Bizz Nizz - We're Gonna Catch You

Derrapemos musicalmente un poco...

Cuando estaba en 5º año, lo normal es que la música que uno declaraba escuchar todo el tiempo era la correspondiente a la tribu de pertenencia o influencia. Se permitían algunas disgresiones pero siempre y cuando no se alejaran demasiado en cuanto a "la actitud". Por eso no era tan incompatible que yo tuviera dentro de mi panteón, aparte de a los dioses del heavy metal, a un U2 aún lejano de Achtung Baby y Pop. Era muy mal visto salirse de ese encasillamiento mental para escuchar música de géneros considerados opuestos, sobre todo el de la música electrónica (salvo cuando ibamos a bailar que la testosterona podía más y no importaba tanto la música sino las posibilidades de contacto con el sexo opuesto que ésta permitía).
Recuerdo que en esa época el estilo predominante en la ME era el Acid House y así como algunos usabamos remeras negras de Iron Maiden, Helloween, etc., otros usaban todas las variantes posibles del smiley (con bandana, parche en el ojo, etc. etc.) con la leyenda "Where's the acid party". Recuerdo que uno de los garabatos más frecuentes en mi carpeta era ese smiley con el balazo en el medio de la frente.

Bueno, pero el ser humano es contradictorio por naturaleza y sin admitirlo públicamente, me salía cada tanto dejar de escuchar la canónica Rock & Pop y me iba a la vereda de enfrente a escuchar la Z95. No todo lo que escuchaba me gustaba pero había algunas que particularmente sí lo hacían. El siguiente tema es uno de ellos:

lunes, 10 de agosto de 2009

Sonic Youth - Superstar

Acabo de ver la "me pareció increiblemente bella" película Juno y este tema se escucha por unos segundos. Escuchenla entera y deleitense