jueves, 25 de junio de 2009
Madame La Mort
- Fernando Peña (puto lindo para algunos, yo me quedo con sus muchos personajes más que con la persona)
- Alejandro Doria (genio sólo por ser el director de "Esperando la carroza")
- Michael Jackson (¿quien en los '80, aunque sea en la soledad de la ducha, no tarareó algunas de sus canciones? Otro con el cual me quedo más con su obra que con su persona)
- José Ignacio García Hamilton (periodista y escritor tucumano, ultimamente político)
- Farrah Fawcet (Angel de Charly originalísima aunque la verdad que siempre me gustó más Cheryl Ladd, su reemplazante)
- Oscar Ferreiro (villano eterno de telenovelas)
- David Carradine (quien finalmente encontró la forma de no dejar la huella de sus pies sobre el papel de arroz).
Más allá de la idealización que produce el tener bastante más exposición que los warholianos 15 segundos de fama, todos fueron personas de carne y hueso; personas con claros y, algunos especialmente, con muchos oscuros (con Michael me pasa lo mismo que con la cal y la arena, no sé cual categoría de las dos sería la buena y cual la mala para él).
También se murió, hoy precisamente, alguien que si bien fue mucho menos famoso que todos los nombrados, para mí merece el mayor homenaje: Andrés Cascioli.
Para muchos será el nombre de un desconocido pero para mi generación y las anteriores, su nombre enseguida remite a un ícono de hace 30 años: la revista HUMOR(R) de la cual Andrés fue además de director, dibujante de muchas de sus célebres y contundentes tapas. En sus páginas escribían, entre otros, el Negro Dolina, Jorge Guinzburg, Carlos Abrevaya y Santiago Varela. Pero no fueron sólo las letras las que marcaron su estilo ácido e incisivo, su humor gráfico (todos los dibujantes de historieta de la época desde Fontanarrosa hasta Altuna pasaron por ella) fue la mejor forma de eludir la censura para decir sutilmente lo que todo el mundo pensaba pero nadie se atrevía a decir. HUMOR(R) se le cagó de la risa en la cara a la Dictadura como nadie había osado hacerlo. Sobrevivió intentos de clausura, secuestro de ediciones y todo tipo de presiones. Siguió editándose luego del retorno a la democracia pero sin el lógico impacto anterior aunque se las arregló para sobrevivir hasta 1997. Algo de su espíritu vive en la Barcelona.
Andrés, si existiera el cielo ya hace rato que te lo mereciste.
Chapeau Señor!
PD: Andrés Cascioli fundó Ediciones La Urraca, de donde salieron además de la HUMOR(R), la Sex HUMOR(R) (donde el sexo reemplazaba a la política como objeto del humor pero sin caer en chabacanerías baratas) y la Fierro, revista por la cual (en sus dos etapas) tengo un muy especial cariño.
domingo, 21 de junio de 2009
Tiempos electorales
La manipulación desmesurada que hacen todos estos medios no tiene límites. En vez de evidenciar las mentiras sin pies ni cabeza en la que permanentemente caen los políticos (ni oficialistas ni opositores resisten al menor archivo), toman partido pero no desde los editoriales que es donde correspondería sino, descaradamente, desde las mismas noticias, tergiversandolas groseramente para favorecer o denostar a determinado candidato.
Es una lástima que nos sigan tratando como boludos.
viernes, 19 de junio de 2009
Tigre
en las selvas de la noche;
¿Qué ojo o mano inmortal
pudo forjar tu simetría temible?
¿En qué cielos o abismos distantes
ardió el fuego de tus ojos?
¿Con cuáles alas se atrevió a elevarse?
¿Qué mano se atrevió a arrebatar el fuego?
¿Y cuál espalda, y cuál arte
pudieron torcer los tendones de tu pecho?
Y cuando tu pecho comenzó a latir,
¿Cuál terrible mano? ¿Cuáles terribles pies?
¿Con cuál martillo? ¿Con cuál cadena?
¿En qué fragua estuvo tu cerebro?
¿Con cuál yunque? ¿Cuál terrible tenaza
se atrevió a aferrar sus terrores mortales?
Cuando los astros arrojaron sus lanzas
y mojaron el cielo con sus lágrimas:
¿Sonrió él al ver su obra?
Aquel quien hizo al Cordero, ¿también te hizo a vos?
en las selvas de la noche;
¿Qué ojo o mano inmortal
se atrevió a forjar tu simetría temible?
What immortal hand or eye,
Could frame thy fearful symmetry?
In what distant deeps or skies.
Burnt the fire of thine eyes?
On what wings dare he aspire?
What the hand, dare seize the fire?
And what shoulder, & what art,
Could twist the sinews of thy heart?
And when thy heart began to beat,
What dread hand? & what dread feet?
What the hammer? what the chain,
In what furnace was thy brain?
What the anvil? what dread grasp,
Dare its deadly terrors clasp!
When the stars threw down their spears
And water'd heaven with their tears:
Did he smile his work to see?
Did he who made the Lamb make thee?
Tyger, Tyger burning bright,
In the forests of the night:
What immortal hand or eye,
Dare frame thy fearful symmetry?
martes, 16 de junio de 2009
Blade Runner: triple combinación genial
Grande fue mi sorpresa cuando, a medida que lo iba leyendo, me daba cuenta que la película era una versión recontrarrequeterecontra libre del libro (valgan las cacofonías) en la que incluso faltaba mi cita cinéfila favorita, el monólogo de Roy Batty antes de morir:
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"He visto cosas que ustedes los humanos ni me creerían: naves de ataque incendiándose más allá del hombro de Orión. He visto rayos C centellando en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia...Es hora de morir."
Por suerte pude superar ese primer escollo, parecido al que resulta de pedir chocolate y que te traigan mascarpone, y terminé de leerlo sacándome mi gorro checheno ante Felipe K. Ricardito: "¿Sueñan los androides..." es uno de esos libros en los cuales da placer leer cada palabra y que nos disparan preguntas interiores a cada rato.
En resumen, bajo el paragüas de Blade Runner/¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? se amparan tres obras independientes y geniales: el libro de Philip K. Dick, la película dirigida por Ridley Scott y por último, pero no menos, una banda de sonido retro futurista que aparte de la canción que se hiciera conocida a través de Fútbol de Primera, posee un montón de delicatessens auditivas.